EL ASCENSO DEL FASCISMO:
En Italia, los gobiernos liberales que se sucedieron en los años de la posguerra enfrentaron problemas de violencia. Excombatientes se organizaron para luchar contra los movimientos de izquierda y las huelgas que había estallado en ciudades importantes como Milán.
La figura más destacada de estos grupos era Benito Mussolini, creador de una organización llamada fasci di combattimento. Apoyado por industriales y terratenientes. Mussolini dedicó tomar el gobierno mediante una marcha de sus milicias sobre una ciudad de Roma, que se realizó en octubre de 1922. Mussolini fue nombrado primer ministro. Recorrió rápidamente el camino hacia el control total del poder, que lograría definitivamente entre 1924 y 1925.
LA REPÚBLICA DE WEIMAR:
La monarquía alemana fue reemplazada por una república parlamentaria, cuyo gobierno quedó en manos del Partido Social Demócrata Alemán (PSD).
El nuevo régimen fue siempre muy débil. Además de no despertar demasiado entusiasmo en su favor tuvo que soportar los violentos ataques de la izquierda y de la derecha, y hacerse cargo del pago de las reparaciones de la guerra. La situación se volvió crítica en 1923, cuando se desató una descontrolada hiperinflación que sumió a millones de personas en grandes dificultades financieras.
Entre 1924 y 1925 la situación política y económica tendió a estabilizarse, pero la República de Weimar seguía mostrando signos de debilidad. La crisis económica mundial que se desató a partir de 1930 acabaría con ella.
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